El neorrealismo Italiano surge durante la posguerra, las necesidades generalizadas luego de la guerra para el año 1944, obligaban a los realizadores a utilizar espacios naturales, y recursos accesibles como por ejemplo: el hecho de que los actores no eran profesionales, sino gente común y corriente, y que los escenarios fueran un recorrido por una Italia en ruinas.
Estas particularidades hicieron que el cine Neorrealista abordara temas mucho más convenientes a la situación que se vivía y por eso vuelca su mirada a historias mucho más reales, donde el mundo de los humildes, la crisis económica, la angustia del ciudadano común y sobre todo la autenticidad de los sentimientos tomaban protagonismo en las obras.
Partiendo de esto y de la película “El Ladrón de Bicicletas” (De Sica 1948) trataré de explicar como el neorrealismo siembra bases al nuevo cine latinoamericano y de cómo esta nueva corriente se opone a la artificialidad del cine Norteamericano y a sus mounstrosas capacidades industriales.
A partir de todas las circunstancias históricas que se Vivian en Italia posguerra, es entonces que el Cine neorrealista logra catapultarse a una corriente estética con bastante consideración, incluso hoy en día, aparentemente no hubo en sus inicios una intención programada por parte de sus autores, sino que las consecuencias históricas tomaron parte por sí solas, sin embargo tardó poco en convertirse en influyente y también en poco tiempo ya era una moda, según “ Un cine que se filma así mismo” de fecha Domingo 06.02.2000 en cartada en el diario “El Clarin” Revista Ñ. Cuando el celuloide ya podia comprarse a discreción (ya un negativo a color), los directores seguian filmando en blanco y negro con material venciado, a fin de lograr ese efecto de cine pobre que configuraba el estilo neorrealista.
Entonces nacieron grandes obras y grandes autores, algunos títulos del período que sigue a “Roma ciudad Abierta” (un lapso que no sobre pasó los cinco o seis años) estuvo “El Ladrón de Bicicletas (1948) el drama familiar que narra la historia de Antonio y su hijo bruno en la búsqueda de la bicicleta robada, la que significaba el bienestar económico de la familia, lo que se hace evidente a lo largo de la historia en el afán de conseguir la misma a toda costa y bajo cualquier situación, bien dotada de todos los elementos neorrealistas, esta historia cala en los sentimientos de la audiencia, de igual manera utiliza escenarios naturales ( Ciudad de Roma 1948) y actores noveles como Lianella Carrel (Madre) era periodista, Enzo Estaiola (Bruno) fue encontrado entre curiosos que observaban la pelicula, Lamberto Maggiorani (Antonio) era un obrero en la vida real; Una Leyenda del rodaje de “El Ladrón de Bicicletas” cuenta que el propio De Sica abofeteo al pequeño Estaiola en una escena donde se necesitaba que este llorara. Envueltos en una historia cotidiana de Roma posguerra, donde la angustia de un final abierto en el cual no se resolvían los problemas, ni nadie terminaba feliz, contribuía a la consecución de esta corriente cinematográfica; Pero no todo se quedó allí, pronto llegó el Plan Marshall y en Italia empieza la reconstrucción, la industria del cine recupera su liquides pero a un alto precio, pues ya no había lugar para el cine pobre neorrealista.
A partir de este episodio de la historia del Cine, hoy en día podemos hacer similitudes entre el Neorrealismo y el nuevo cine Latinoamericano, y de cómo estos son en su esencia una oposición natural a la gran industria norteamericana que tanta influencia tiene en nuestra cultura, primeramente porque las circunstancias histórico políticas han influenciado el contenido de las obras, y en particular van enmarcadas en sus realidades, donde la pobreza, el barrio, la injusticia, suelen ser protagonistas, siempre con un tono de angustia, con algunas diferencia de identidad y militancia por supuesto; Por otra parte la oposición se plantea en el ámbito de producción, el Neorrealismo como el cine Latinoamericano carece de recursos para competir contra las industrializadas producciones norteamericanas las cuales ocupan todos nuestros cines, y esto obviamente es consecuencia de situaciones y histórico-políticas no pertinentes a este ensayo, en este sentido la idea no es plantear esta oposición natural, como una ventaja o desventaja, por mi parte, es una herramienta para definir en que contexto podríamos enmarcas nuestras obras como realizadores, teniendo en cuenta este episodio de la Historia del Cine Mundial, para innovar en lo posible las mismas.
Mariell BeniteZ
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